Los Deportes Extremos son aquellos que tienen un grado de
riesgo para quienes los practican. La idea de estos es ir siempre al borde sin
perder el control, estos son de gran exigencia física y, sobre todo, mental,
pero la sensación de placer de quienes los practican es espectacular. Todo esto
por un tema biológico de nuestros cuerpos: “La adrenalina”.
La exposición al peligro en los Deportes Extremos es captada por el
organismo como amenazante para la sobrevivencia, la sensación de estar al borde
del peligro, la tensión, y hasta el miedo que las acompaña con todas sus
manifestaciones físicas, como el aumento el ritmo cardíaco y la tensión
muscular, en verdad estimulan el sistema nervioso, lo que para algunos es
interpretado como súper excitante. Los deportistas extremos
buscan el peligro, lo que se convierte en un reto donde el objetivo es quedarse
y aguantar hasta el final, lo que le agrega a la experiencia la sensación de
potencia, poder, valor.
Es por estas razones que cada día son más las personas que practican los
Deportes Extremos y hacerlo no significa que tengan que ser los más arriesgados
o los primeros, sino que va más bien con el reto personal de llegar más allá,
de superar miedos. Lo que al final nos entrega seguridad en el día a día,
confianza para enfrentar miedos que a veces nos impiden avanzar en nuestras
propias vidas.
Los Deportes Extremos se comenzaron a realizar mucho antes de lo que todos
piensan. El desafío al peligro y la adrenalina corrió por las venas de muchos
inventores de siglos pasados, como por ejemplo los hermanos Wright, quienes
fabricaban bicicletas y terminaron haciendo el segundo avión (el primer avión
lo construyó Richard Pearse de Nueva Zelanda). Imagínense la dosis de
adrenalina que deben haber sentido este par de hermanos al lanzarse a toda
velocidad y tratar de hacer volar un armatoste que no sabían si lo iba a
lograr.